La sarna o escabiosis (del latín scabere, rasquido) es una enfermedad parasitaria producida por un ácaro (conocido como arador). Éste mide menos de medio centímetro y vive debajo de la primera capa de la piel, en galerías que excava la hembra y en las que deposita sus huevos, de los que salen larvas a los siete días.
La sarna se transmite principalmente por contacto directo con alguien enfermo o al compartir ropa que haya sido usada en los últimos días por alguien con sarna. Se ve principalmente en zonas frías y frecuentemente se asocia a condiciones de hacinamiento e higiene deficiente (la higiene personal no necesariamente evita el contagio, pero hace que la enfermedad sea más leve y, en ocasiones, más difícil de diagnosticar).
Es fundamental la prevención, así como el diagnóstico y el tratamiento oportuno de pacientes, familiares y contactos directos, para así disminuir este problema en nuestra comunidad. Por ello es que debemos consultar lo antes posible si tenemos sospechas de esta enfermedad. Lo más llamativo de la sarna es que genera mucha “picazón”, principalmente en la noche al acostarse. En el adulto, por lo general no afecta a la cabeza ni a la espalda.
Produce distintos tipos de lesiones como por ejemplo pequeñas vesículas de un milímetro -por donde entra la hembra- y surcos, principalmente en zonas de pliegues como entre los dedos, cuello, axilas, codos, muñecas, ingle, etc., que corresponden a los túneles que hace el ácaro. Otro tipo de lesiones son los nódulos, costras y heridas por rasquido, las que pueden abrir la puerta a infecciones de la piel.
Todos estos signos pueden aparecer hasta 50 días después del contagio. Se debe tratar el enfermo y sus contactos directos, incluyendo a toda la familia. En adultos, el tratamiento se aplica por tres noches seguidas, desde el cuello hasta los pies y con baño matinal; se descansa cuatro días y se repite por tres noches más, se debe aplicar en la noche porque el medicamento que utilizamos con mayor frecuencia en el CESFAM debe permanecer en contacto con la piel por mínimo ocho horas antes del baño.
¿Cómo evitar la sarna y qué hacer con la ropa infectada?
Es muy importante que tengamos en cuenta las siguientes medidas generales que son fundamentales para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad:
-Higiene personal diaria.
-Evitar el hacinamiento.
-Lavado frecuente de vestimenta, toallas y ropa de cama. Si hay casos de sarna en la familia, esto debe realizarse con agua caliente o remojando la ropa por 30 minutos antes del lavado habitual. Posteriormente, planchar con la plancha bien caliente.
-Los objetos infectados que no puedan ser lavados se deben guardar en una bolsa plástica por 10 días sin abrir.
-Las frazadas, cubrecamas y almohadas infectadas deben ser expuestas al aire libre e idealmente al sol por dos días, porque la luz solar mata al parásito.
-Consultar al médico ante cualquier sospecha de la enfermedad, porque el tratamiento oportuno evita la propagación.