Todo sobre la intolerancia a la lactosa

Junio 3, 2012. Archivado en categoría: Sin categoría

Son muchas las personas que se quejan de que los alimentos lácteos les “caen mal”. Es lo que se llama intolerancia a la lactosa, es decir, la incapacidad de digerir la lactosa, el principal azúcar de la leche de los mamíferos. La causa es la falta de una enzima llamada lactasa, que está presente normalmente en el intestino delgado. Esta afección generalmente es un problema hereditario y permanente. Puede variar con la edad, haciéndose cada vez más severo con el pasar de los años.

Al no ser bien digerida, la lactosa produce molestias tales como cólicos abdominales, distensión abdominal y meteorismos (gases), que podrían confundirse con los síntomas del colon irritable. En situaciones más graves se puede presentar pérdida de peso, desnutrición, crecimiento lento y diarreas.

En general, los síntomas se presentan entre 30 minutos a 2 horas después de ingerir lácteos o derivados (yogur, quesos, etc.) y su intensidad y frecuencia depende de la cantidad y del tipo de lácteo ingerido, así como de la edad, la etnia o la existencia de otras enfermedades e infecciones digestivas.

El tratamiento es principalmente dietético y consiste en evitar el consumo de alimentos que contienen lactosa, como la leche y sus derivados (quesos, cremas, helados de leche, manjar, etc.). El nivel de intolerancia es variable: algunas personas con menor grado de intolerancia pueden resistir cantidades pequeñas de leche, yogur, quesos, helados, etc.

Es muy importante que quienes sufran esta afección presten especial atención al etiquetado nutricional, porque son muchos los alimentos que contienen lactosa además de los productos lácteos, como por ejemplo algunos tipos de panes, masas, sopas en sobre, cereales, margarinas, dulces, chocolates, etc.

Afortunadamente, actualmente existe una gran variedad de alimentos sin lactosa, tales como la leche semidescremada y descremada sin lactosa, el yogur sin lactosa, entre otros. Además, están las leches vegetales, tales como las de soya o de almendras.

Pese a ello, una persona que no puede consumir lácteos por intolerancia podría presentar déficit de calcio, vitamina D, riboflavina y proteínas. Por este motivo, un profesional médico y/o nutricionista debe evaluar y planificar su alimentación con el fin de cubrir sus requerimientos nutricionales.

La diferencia entre la intolerancia y la alergia

La intolerancia a la lactosa es distinta a la alergia a la proteína de la leche de vaca, la principal alergia alimentaria en los niños menores de 4 años en Chile.

Los primeros síntomas de esta alergia se reflejan cuando dejan de ser amamantados y pasan a la leche de vaca, aunque también se pueden dar en lactantes, pues la madre les transmite los alergenos a través de su leche. Los síntomas son diarreas, a veces con sangre, vómitos y bajo peso.

Si bien en la mayoría de los casos esta alergia se supera a los 3 o 4 años, el principal problema que enfrentan los padres de estos niños es que parte del tratamiento incluye fórmulas y leches especiales de alto costo, las que, en Chile, no están subsidiadas de manera masiva por el Estado.

Otras alergias alimentarias muy comunes en Chile, tanto en niños como en adultos, son las producidas por los pescados y mariscos, los frutos secos (maní, avellanas, nueces, etc.), la soya y el huevo.

Fuentes: www.sochicar.cl, www.creciendoconalergias.cl.

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