Porque es mejor prevenir que curar…

Julio 6, 2009. Archivado en categoría: Sin categoría

Si para usted es una costumbre pasar gran parte del invierno en el consultorio porque usted o sus hijos son víctimas habituales de enfermedades respiratorias como la laringitis, la bronquitis o la amigdalitis, debe saber que con simples medidas esto se puede revertir o al menos reducir considerablemente.

“Los grupos más vulnerables son los niños, los adultos mayores, las embarazadas y los pacientes con enfermedades crónicas, denominándose IRA a las Infecciones Respiratorias Agudas en los niños y ERA a las Enfermedades Respiratorias del Adulto”, explica Rodrigo Palma, doctor del Consultorio Río Negro – Hornopirén.

Por eso es que debemos tener especial precaución con estos grupos etáreos, sobre todo con los menores de cinco años y los mayores de 65. Joselyn Obreque, kinesióloga del Consultorio Río Negro – Hornopirén, dice que “es importante prevenir porque un simple resfrío, que es una IRA alta (por afectar a la parte superior del tracto respiratorio) si no se cuida puede pasar a una IRA baja (como una bronquitis) o, lo que es peor, puede llegar a comprometer a los pulmones (neumonia)”.

Joselyn Obreque aclara que en invierno todos estamos más vulnerables ante los virus y las bacterias que provocan los resfríos y otras enfermedades respiratorias, por lo que hay una serie de situaciones que debemos evitar. “Algo esencial es no exponer a nuestros hijos (ni a nosotros) a cambios bruscos de temperatura. Esto no significa encerrarlos en una burbuja, porque de todas maneras su sistema inmunológico tiene que madurar, sino que mantener una temperatura moderada al interior del hogar y abrigarlos al salir, cubriéndoles la nariz, el cuello y la boca”.

Agrega que debemos tener aún más cuidado si nuestros hijos son asmáticos o alérgicos, ya que en ellos los síntomas de las enfermedades respiratorias se desarrollan con más fuerza.

Añade que “debemos poner harto énfasis en lo que son los agentes irritantes, como la contaminación intradomiciliaria. Por ningún motivo fumemos en la casa y al prender la combustión ventilemos para que la vivienda no se ahume”.

Para evitar el contagio entre los miembros de la familia, Joselyn Obreque menciona que hay que lavarse las manos después de estornudar o toser y botar los pañuelos desechables usados a la basura. También, usar mascarilla si somos madres, estamos resfriadas y debemos dar pecho o mudar a nuestra guagua, y no dar besos si estamos enfermos. Si nuestros hijos están enfermos no los enviemos al jardín infantil o al colegio, ya que contagiarán a los demás niños. Asimismo, es mejor evitar los lugares demasiado concurridos, por las altas probabilidades de contagiarse.

Por otro lado, Joselyn Obreque nos recuerda que debemos nutrirnos correctamente, es decir, ingiriendo elementos de todos los grupos alimenticios de manera balanceada. De esta manera, nuestro sistema inmunológico estará fortalecido y preparado para enfrentar a los virus y bacterias.

¿Cuándo debemos llevar a nuestros hijos al médico?

El doctor Palma dice que cuando estemos frente a una o más de las siguientes “señales de alarma”: fiebre alta por más de dos días, llanto persistente, irritabilidad o decaimiento, tos fuerte y frecuente, rechazo de los alimentos, dolor de oídos, dificultad respiratoria (es decir, si respira más rápido o si se le hunde entre o bajo las costillas o bajo el cuello al respirar).

Finalmente, el doctor Palma sugiere que los adultos y adultos mayores deben consultar cuando presenten tos con desgarro por más de tres días, fiebre, decaimiento general y dificultad para respirar.

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