“Para nosotros, cada embarazo adolescente es un golpe tremendo, porque sabemos que eso implica una problemática familiar y social, además de un costo mayor para el Estado y para la paciente, porque se involucran más recursos: controles y exámenes más frecuentes, apoyo sicológico, etc.”, dice Teodoro Moya, matrón del CESFAM de Río Negro – Hornopirén.
Por eso es que, como equipo de salud, decidieron, hace algunos años, abordar el problema antes de que se genere, educando a los jóvenes en materia sexual. “Entre el 2005 y 2006 llegamos a tener sobre un 30% de embarazo adolescente. Es decir, de 100 embarazadas, 30 tenían menos de 19 años. Por eso es que empezamos a trabajar con los y las adolescentes del Liceo Hornopirén, lo que nos sirvió para darnos cuenta de la gran necesidad que tienen de conversar estos temas con personas adultas, para hacer sus preguntas y obtener herramientas que les permitan decidir en relación a su sexualidad sin cometer errores”, cuenta Teodoro Moya.
Este trabajo, entre otros factores, ha dado resultado: en el 2010, un 21,84% de las 119 embarazadas de Hualaihué tenían entre 15 y 19 años. “Entre el 2008 y el 2009 tuvimos cerca de un 16% de embarazo adolescente, es algo cíclico, pero desde que comenzamos con estos talleres las cifras han disminuido”, agrega.
Si bien por ahora no se ha podido seguir con los talleres, debido a que actualmente sólo hay un matrón en el CESFAM, Teodoro Moya invita a los y las jóvenes a acercarse a esta institución. “Aquí atendemos a libre demanda y siempre tratamos de conversar con ellos/as, de orientarlos/as, además de entregarles los métodos anticonceptivos. A veces los/as citamos junto a sus apoderados para abordar el tema en mayor profundidad. Pero siempre, tanto en el CESFAM como en las postas y estaciones médico rurales, los y las jóvenes pueden obtener preservativos, los que, si se usan correctamente, protegen no sólo del embarazo sino que de las enfermedades de transmisión sexual”.
Los riesgos para la salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el embarazo adolescente es aquel que tiene lugar entre los 10 y los 19 años de edad. También se conoce como embarazo precoz, donde la mujer no ha alcanzado su madurez biológica ni emocional para asumir las tareas de la maternidad.
Esto es muy importante, y es lo que se ve constantemente en el CESFAM de Río Negro – Hornopirén. “Hemos visto casos muy complejos, en que las mamás no asumen su rol y otras personas, como las abuelas, se tienen que hacer cargo de los bebés. Otras logran salir adelante con su rol maternal y a veces también con sus estudios, o deben comenzar a trabajar para generar ingresos. Las que salen adelante en general cuentan con el apoyo de sus familias y/o parejas. Pero de todas formas se produce un cambio importante, porque la vida se les coarta de un momento a otro, ya no son libres de salir cuando quieran, tienen que amamantar… Todo eso produce que muchas madres jóvenes caigan constantemente en depresiones. Por lo mismo, tratamos de apoyarlas en todo momento”, comenta Teodoro Moya.
Los embarazos adolescentes no sólo tienen riesgos y consecuencias sicológicas como las descritas. El doctor Rodrigo Palma explica que, en comparación con las mujeres de más edad, las adolescentes corren mayor riesgo de complicaciones y muerte a causa del embarazo. “Esto es debido a múltiples enfermedades propias del embarazo que se hacen más frecuentes en estos grupos de edad, como son el síndrome hipertensivo del embarazo, los partos prematuros, la rotura prematura de membranas, retardo del crecimiento intrauterino, anemia, infecciones del tracto urinario, recién nacidos de bajo peso, etc.”.
Añade que, en relación al parto, “mientras más joven es la adolescente, mayores son las complicaciones por menor desarrollo de la pelvis materna. Esto produce una desproporción entre la pelvis materna y el recién nacido, lo que se convierte en una causa importante de partos prolongados y partos operatorios (con fórceps o cesáreas), e incluso aumenta el riesgo de laceraciones o desgarros en el cuello uterino, vagina, vulva y periné”.
Por todo esto, el doctor Palma manifiesta que es fundamental la consulta e inicio de los controles prenatales de forma precoz, especialmente en este grupo de pacientes. “Aunque los riesgos descritos no se pueden eliminar en un 100%, se pueden disminuir para mejorar los resultados maternos y perinatales”, concluye.
Qué hacer
Si eres menor de 19 años y estás embarazada, lo primero es enfrentar la situación. Teodoro Moya nos detalla los pasos a seguir: “Hay que contarle a los padres y confirmar el embarazo en el CESFAM, para comenzar con los exámenes de rutina, los controles prenatales y evitar que el embarazo termine en un aborto o parto prematuro, con los peligros que eso tiene tanto para la madre como para el hijo. Entre los 14 y los 16 años los riesgos son aún mayores, por lo tanto, esas embarazadas se deben controlar en el CESFAM y en la unidad de Alto Riesgo Obstétrico del Hospital de Puerto Montt”.