Lombrices ecológicas

Julio 1, 2013. Archivado en categoría: Sin categoría

La lombricultura, al igual que el compostaje, es una técnica para transformar los residuos orgánicos en abono para nuestros jardines y cultivos.

Recientemente se puso en marcha en Peñalolén, Santiago, con motivo del Día Internacional del Medioambiente, el primer Centro de Lombricultura de esa comuna, cuyo objetivo es transformar los residuos orgánicos de las ferias libres en abono para las áreas verdes. ¿Cómo? A través del trabajo de más de un millón de lombrices, las que son capaces de procesar 6 toneladas mensuales de restos orgánicos.

El abono que resulta de la lombricultura o vermicompostaje se denomina humus, el que se produce de la digestión de los materiales orgánicos por parte de las lombrices y que posee altas propiedades para mejorar las condiciones del suelo, tales como la permeabilidad y la retención de la humedad.

Es decir, se trata de un proceso de descomposición natural, similar al compostaje, en el que el material orgánico, además de ser atacado por los microorganismos existentes en el medio natural, lo es por el complejo sistema digestivo de la lombriz.

En las especies de lombrices utilizadas en lumbricultura se buscan una serie de características, tales como ciclo de vida corto y crecimiento rápido. Al reproducirse rápidamente, basta con conseguir un puñado de lombrices para poder iniciar con esta técnica de reciclaje.

Manos a la obra

Lo primero es aprender a separar nuestros desechos orgánicos. Al igual que para el compost, para la lombricultura nos servirán: cáscaras de verduras y frutas, cuescos, pepas, estiércol, ramas, pasto, etc. No se deben colocar en el basurero de restos orgánicos alimentos cocinados, ni tampoco lácteos, migas de pan o sobras de otras comidas como carnes, arroz o pastas. Tampoco se pueden usar las fecas de animales domésticos ni menos las humanas, pues son patógenas.

Confeccionar un contenedor de lombricultura en casa es algo bastante sencillo. Lo importante es entender la naturaleza del vermicompostaje: las lombrices necesitan vivir bajo unas condiciones de humedad y alejadas de la luz. También es preferible idear un habitáculo con diferentes compartimentos que permitan depositar restos orgánicos periódicamente, interconectados entre sí y con orificios (para que las lombrices viajen entre niveles).

Es necesario que el sistema facilite la evacuación de los líquidos provocados por el proceso de putrefacción. Materiales como el plástico (preferiblemente un bidón reciclado o similar) son más adecuados que la madera y cualquier material orgánico cuyo interior pudiera verse influenciado por el mismo proceso de compostaje. La madera no tratada, por ejemplo, acabaría humedeciéndose y, en última instancia, pudriéndose.

Es importante mantener la humedad dentro del vermicopostador, el que, bien mantenido, no desprende olores fétidos.

En Internet hay una gran cantidad de material al respecto, así que los invitamos a investigar y a pensar en la instalación que más les acomode de acuerdo al espacio del que dispongan.

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