Por Flavia Labbé S.
El Manifiesto de la UNESCO de 1994 sobre la Biblioteca Pública afirma que éstas son fundamentales para la libertad, la prosperidad y el desarrollo de la sociedad: “La biblioteca pública, puerta local hacia el conocimiento, constituye un requisito básico para el aprendizaje a lo largo de los años, para la toma independiente de decisiones y el progreso cultural del individuo y los grupos sociales”. Así, la UNESCO hace un llamado a las autoridades nacionales y locales a comprometerse activamente en el desarrollo de estos trascendentales recintos.
A diferencia de muchos países latinoamericanos, los países desarrollados, en conformidad a lo manifestado por la UNESCO, otorgan una importancia sustancial a la preservación de la cultura y el acceso equitativo al conocimiento. Por esto es que invierten en la mantención y mejoramiento de las bibliotecas ya existentes y fomentan la creación de otras nuevas.
¿Cómo estamos en Chile?
Dentro de los principales esfuerzos realizados en los últimos años destaca el programa BiblioRedes, creado por Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), en el 2002. Su objetivo, según se desprende del sitio www.dibam.cl, es transformar a las personas en agentes de desarrollo cultural y social desde las bibliotecas públicas, para que puedan superar el aislamiento gracias a Internet y las nuevas tecnologías digitales.
Está presente en 403 bibliotecas públicas a lo largo de Chile, dotándolas de computadores de última generación con acceso a Internet y ofreciendo a sus usuarios capacitaciones gratuitas en competencias digitales y en la creación de contenidos locales. “BiblioRedes busca acortar la brecha digital de las comunidades que hasta ahora se han mantenido al margen. Esto lo realiza mediante capacitaciones en Microsoft, redes sociales, trámites en línea y el acceso gratuito a Internet en bibliotecas públicas desde Visviri hasta Magallanes, incluidos los territorios insulares”, explica Patricia Concha, Coordinadora de Bibliotecas Públicas (s) de la Región de los Ríos.
BiblioRedes contó, en sus inicios, con el aporte de US$ 9.2 millones de la Fundación Bill & Melinda Gates, una de las donaciones más significativas que ha recibido el sector cultural chileno desde el extranjero.
Por otra parte, la DIBAM, a través de la Subdirección de Bibliotecas Públicas, puso en marcha en el 2006 el Programa Nacional de Construcción de Bibliotecas, que busca garantizar un acceso igualitario al libro, fomentando la lectura y la cultura en todas las comunas del país. En este programa se considera a las bibliotecas como proyectos integrales y se ha incluido la opinión de las respectivas comunidades mediante reuniones y mesas de trabajo, para generar un estrecho vínculo entre las personas y las bibliotecas, lo que facilita la entrega de un mejor servicio.
El obstáculo: los chilenos no leen
Es un hecho que se están tomando medidas para implementar más y mejores bibliotecas hasta en los rincones más alejados de nuestro país, existiendo en cada comuna al menos una biblioteca pública.
Sin embargo, según el estudio “Chile y los libros 2010” de la Fundación La Fuente y Adimark, en los últimos cuatro años ha disminuido considerablemente el número de personas que las visitan y el porcentaje de personas que dicen ser socios de una biblioteca se ha mantenido alrededor del 7%. Al parecer, las medidas implementadas para fomentar el uso de las bibliotecas no necesariamente se han traducido en una mayor utilización de las mismas.
Maritza Pérez, Coordinadora del Área Evaluación y Estudios de la Fundación La Fuente, advierte que el estudio mencionado es netamente descriptivo. Pese a ello, y basándose en el trabajo en terreno que han realizado como fundación para fomentar la lectura, se atreve a esbozar algunas explicaciones ante esta evidente falta de interés de los chilenos hacia la lectura.
La socióloga afirma que Chile es, sin lugar a dudas, un país poco lector, siendo una realidad que en muchas familias simplemente no se lee ni se fomenta esta actividad. “Lo más probable es que en los hogares de la mayoría de los chilenos no existan las condiciones propicias para desarrollar la lectura, como la ausencia de modelos parentales, la falta de materiales de lectura, poca valoración de la actividad, entre otros”, argumenta.
Agrega que “la escuela tampoco contribuye, al despojar a la literatura de su finalidad en sí misma y reducirla a un medio para verificar conocimientos y aprendizajes, lo que no permite generar interés y gusto por la actividad en los estudiantes”.
Evidentemente, estamos hablando de un fenómeno complejo, cuyas razones y medidas para revertirlo son difíciles de dilucidar. Pareciera ser que sólo falta que la comunidad misma tome conciencia del valor fundamental que tienen las bibliotecas.
Es muy probable que usted tenga una biblioteca más cerca de lo que cree. No pierda la oportunidad de desarrollo personal, diversión y crecimiento cultural que las bibliotecas, con sus libros y espacios, tienen para ofrecerle.
Dónde leer en Hornopirén
La Biblioteca Pública Nr. 200 abrió al público en 1982, como una iniciativa local motivada por la comunidad de Hornopirén. Ocho años después caducó el convenio que la había fundado y en 1991, gracias al compromiso de la DIBAM, fue reinaugurada, con más libros y mejor infraestructura.
Actualmente, la Biblioteca Pública de Hornopirén está ubicada en el segundo piso del Centro Cívico y cuenta con una colección de más de 3.000 libros, un “rincón infantil” con juguetes para los más pequeños y cuatro computadores conectados a Internet, como parte del programa nacional BiblioRedes. También se ofrecen cursos gratuitos de alfabetización digital y de creación de contenidos locales.
Para poder arrendar libros hay que hacerse socio, presentando la cédula de identidad y donando un libro o un juguete para el rincón infantil. Las personas interesadas pueden acercarse a conversar con la bibliotecaria, Emerita Maldonado Muñoz.