La higiene bucal es la clave de la prevención de la caries y la base del éxito del tratamiento de la gingivitis.
Es responsabilidad del dentista brindar a sus pacientes información sobre las técnicas y beneficios de un buen plan de higiene bucal. En el caso especial de los niños, el cepillado debe incorporarse como un hábito en su vida por lo tanto es necesario que exista un compromiso real de los padres, quienes deberán motivar y reiterar de manera continua la información sobre higiene bucal.
Entre los factores más importantes de un buen cepillado se encuentran la frecuencia, la técnica, el tiempo destinado al cepillado y los elementos usados para realizar la higiene bucal.
Un cepillo dental adecuado es aquel que tiene una cabeza pequeña de manera que cubra como máximo dos dientes vecinos, un mango largo compacto de fácil manejo y filamentos suaves. Los cepillos eléctricos han demostrado ser más eficientes que los de uso manual debido a que estos últimos requieren de una técnica más cuidadosa; sin embargo su uso no garantiza que la placa bacteriana sea removida en su totalidad.
El hilo dental es el medio más recomendado para la eliminación de la placa interdental. Esta medida se indica a partir de los ocho años y en niños menores cuando el dentista lo considere necesario y cuando los padres lo puedan realizar.
Tratándose de niños entre tres a seis años, la higiene bucal debe ser efectuada usando pasta dental con concentración de flúor de 500 ppm (pasta de niños). Bajo esa edad hay que lavarles los dientes sin pasta dental, para no exponer a los niños a una sobredosis de flúor. Sobre los seis años es posible indicar el uso de pasta dental con 1500 ppm. El flúor contenido en las pastas y algunos enjuagues bucales es la forma más eficaz de combatir la caries dental.
En los casos en los que existe un alto riesgo de presentar caries, desmotivación por el control mecánico de la placa bacteriana, pacientes que usan tratamiento ortodóncico, pacientes con limitaciones mentales o físicas, etc., el odontólogo puede indicar alguna forma de control químico de la placa bacteriana, como el uso de enjuagues con antimicrobianos o que signifiquen un aporte de flúor adicional al de la pasta dental.
¿Tiene una pregunta relacionada con salud dental? Envíela a latejuela@gmail.com o deje un comentario después de este post.