Una de las últimas actividades en el marco de los recién cumplidos 30 años de la comuna de Hualaihué se llevó a cabo hoy en Lleguimán: la instalación de un monolito en homenaje a los navegantes de lanchas veleras o chilotas, muy típicas de esta zona.
“Al planificar las actividades en conmemoración del aniversario comunal pensamos en cuáles son las tradiciones que nos identifican y que no queremos perder, entonces nos dimos cuenta de la importancia de recoger esta tradición que de a poco ha ido desapariciendo”, expresó Freddy Ibacache, alcalde de Hualaihué.
Agregó que “los habitantes de Lleguimán hicieron de este lugar uno de los más importantes si hablamos de lanchas veleras o chilotas, junto con otras localidades como Mañihueico. Estas embarcaciones eran su medio de transporte, de trabajo y de comunicación antes de que existiera el camino (la Carretera Austral y la ruta costera) y posteriormente también se ocuparon para participar en las regatas chilotas, con muy buenos resultados”.
Durante la ceremonia, en la que estuvieron presentes las principales autoridades de la comuna y el Consejero Regional León Roa, se recordó a todos aquellos que fueron grandes constructores y navegantes y que ya han fallecido. También se le rindió un reconocimiento especial a Gilberto Calbucura, quien ganó cuatro de las seis regatas chilotas que se realizaron entre los años 1981 y 1986, y a Ambrosio González, quien construyó más de 40 de estas embarcaciones.
Juan Calbucura, presidente de la Junta de Vecinos de Lleguimán, recordó cuando “en septiembre de 1981 llegó la Empresa Marítima del Estado a invitar a los dueños de embarcaciones veleras a hacer la travesía de Puerto Montt a Puerto Williams, noticia que alertó a los patrones de lancha que en esa época eran alrededor de 40 en la comunidad. Esa idea causó impacto por lo peligroso que era, pero a uno le interesó: Gilberto Calbucura. Sólo dos lanchas chilotas completaron la carrera desde Puerto Montt a la Laguna San Rafael, la Anita II de Gilberto Calbucura y la Mercedes de Isla Puluqui. En esa regata ganó la Mercedes, en una travesía de 21 días”.
Gilberto Calbucura, quien aprovechó la ocasión para exponer sus trofeos, contó que “antiguamente, y también durante las regatas, navegábamos así no más, a pura práctica, sin brújula ni nada. Aprovechando el viento cuando soplaba y remando cuando había calma”.
Del mismo modo se construían las lanchas veleras: “Yo trabajaba con un cepillo, un serrucho, una azuela, y un hacha, sin planos ni nada, a pura práctica. Empecé a los 19 años”, relató Ambrosio González, quien actualmente tiene 78 años y hace 20 que dejó la construcción de veleras.