Tal vez muchos hemos escuchado de la Fundación San Ignacio del Huinay, que comprende un territorio de aproximadamente 34.000 hectáreas en el Fiordo de Leptepu o Comau -a aproximadamente cinco horas en lancha desde Hornopirén- pero pocos sabemos realmente qué se hace ahí. “La Tejuela” quiso averiguarlo y para eso entrevistamos a José Luis Domínguez, gerente general de la Fundación.
¿Cuál es el objetivo principal de la Fundación Huinay?
La Fundación San Ignacio del Huinay es una institución privada sin ánimo de lucro que nació hace 10 años y cuyos socios fundadores son Endesa Chile y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Su objetivo es defender y promover el valor del patrimonio biogeográfico de Huinay. Esto, a través de un proyecto basado en la investigación científica y el concepto de desarrollo sostenible. Para eso contamos con un Centro Científico en el borde costero de la localidad de Huinay. Lo que ahí se realiza es avalado por el apoyo y reconocimiento de la comunidad científica nacional e internacional, traduciéndose en importantes convenios de cooperación que respaldan y alientan al Centro Científico.
¿O sea que científicos de todo el mundo llegan a trabajar a Huinay?
Así es. Anualmente visitan el Centro, para desarrollar sus propias investigaciones y cooperar con las que efectúa la Fundación, científicos chilenos y extranjeros. Del total, que se incrementa año a año, cerca del 70% proviene de otros países, mientras que el 30% restante son investigadores locales.
¿Por qué eligieron precisamente este lugar para instalarse?
Huinay posee uno de los ecosistemas más prístinos e inexplorados de nuestro país y, por qué no decirlo, del mundo; razón por la cual se puede desarrollar una tremenda labor en cuanto a la investigación y al descubrimiento de nuevas formas de vida, como también en cuanto a la preservación y protección de la misma. Sin ir más lejos, este año lanzaremos de manera oficial el libro Fauna Bentónica Marina de la Patagonia Chilena, documento que resume 10 años de investigación y 9 expediciones, incluyendo más de 450 especies, de las cuales cerca de 49 son nuevos registros para el mundo científico local y mundial.
¿Cómo cuida la Fundación Huinay este maravilloso entorno natural?
Nuestro proyecto lo llevamos a cabo bajo el concepto de Desarrollo Sostenible, lo que se manifiesta en nuestro diario quehacer. Por ejemplo, desde fines de 2002, la Fundación Huinay posee una mini central hidroeléctrica que abastece las necesidades de energía eléctrica del Centro Científico y la zona de alojamientos. Es decir, la fuente que empleamos para generar electricidad es la menos contaminante del mundo al emitir cero partículas de CO2. La central mini hídrica, además, suministra energía eléctrica gratuita a cinco casas vecinas de propiedad de las familias que habitan Huinay, la sede social de la junta de vecinos y la escuela rural. Además, el Centro se abastece del agua proveniente de una vertiente adyacente y existe un riguroso plan para tratar los residuos.
¿En qué consiste este plan?
Para empezar, en cada edificio, y especialmente en la cocina, existen dos recipientes, uno para desechos inorgánicos y otro para la basura orgánica (restos de frutas, verduras, etc.). También se habilitó un lugar para depositar latas de aluminio y otro para botellas y vidrio en general. Ambos desechos (latas de aluminio y vidrio) se llevan directamente a Puerto Montt junto con cartones y otras basuras mayores que se recogen del mar, como restos de cuerdas, bolsas, etc.
También se cuenta con un contenedor para recibir las pilas usadas, tanto de la Fundación Huinay como de los vecinos.
Los aceites y otros residuos de este tipo se disponen en un tambor que se envía a la empresa STU, gestor de residuos, a quienes entregamos los líquidos desechados del laboratorio, como alcohol y formalina.
Las basuras inorgánicas normales se disponen en bolsas cerradas y se mantienen apartadas en un recipiente adecuado hasta la salida de la lancha de la Fundación a Hornopirén, donde se depositan en los contenedores habilitados.
Con los desechos orgánicos, por su parte, se realiza un proceso de compostaje, el que luego se emplea en la huerta y vivero del Centro.
¿Cuáles son las principales metas de la Fundación para este 2009?
Además de concluir la edición y lanzar el libro Fauna Bentónica Marina de la Patagonia Chilena, otros objetivos son seguir adelante con los proyectos desarrollados por el personal científico del Centro y los investigadores que visitan las instalaciones, profundizar el acuerdo con la Red de Fiordos, incrementar el área marina protegida y concluir las obras de un vivero forestal, proyecto que tiene por objeto reforestar áreas degradadas en décadas anteriores en Huinay. La idea básica es lograr la propagación de especies nativas de la zona, en especial, el alerce, que no se salvó de la depredación humana en décadas pasadas.
¿Cómo se relaciona la Fundación Huinay con las familias de la zona?
Dada la lejanía geográfica de la Provincia de Palena, la Fundación siempre ha estado abierta a la integración y a realizar aportes a los habitantes de la región, ayuda que se ha traducido en una serie de acciones y programas de asistencia, entre los que destacan: ayuda médica y dental (transportando en la lancha Huinay, de manera gratuita, a un equipo médico cada dos meses a la localidad de Huinay), suministro de energía eléctrica, transporte a través de la lancha de la Fundación y contratando mano de obra local para diversos fines.