“Consume sano, consume local”. Es el lema del proyecto Red de Productoras Locales de la Fundación Patagonia Sur, que busca capacitar a 10 mujeres de Palena en producción orgánica. Uno de sus objetivos es mejorar el ingreso de las mujeres campesinas, además de rescatar las antiguas tradiciones agrícolas. Junto a esto, se quiere elevar la calidad de los productos, utilizando los recursos disponibles de una forma más eficiente.
Ésta es una de las iniciativas de la Fundación Patagonia Sur (www.fundacionpatagoniasur.cl), una organización sin fines de lucro cuya misión es fomentar la conservación de las riquezas naturales de la Patagonia en conjunto con el desarrollo social y económico de la región.
En noviembre del 2009 se inició este proyecto, con el desarrollo de un huerto orgánico que se utiliza para enseñar nuevas técnicas agrícolas. Durante el 2010, y con el apoyo del Programa de Desarrollo Local PRODESAL, se gestó la idea de la Red de Productoras Locales, realizándose capacitaciones en agricultura orgánica, preparación de suelos y maleza, biodiversidad, cultivo asociado, aprovechamiento del espacio y fertilizantes orgánicos.
“Técnicamente, el proyecto apunta a un tipo de agricultura orgánica que sea autosustentable y que se convierta en una real oportunidad de producción y comercialización para las pequeñas productoras”, comenta Melissa Alarcón, agrónoma y encargada del huerto orgánico y del proyecto Red de Productoras Locales. “Proyectos como éste llevan a que la gente confíe más en sus capacidades. Muchas mujeres de Palena se han dedicado naturalmente al rubro de las verduras, pero ahora, gracias a este proyecto, están tomando conciencia del valor de su producto. Con esto aumenta la confianza y la seguridad en ellas mismas, ya que empiezan a aportar con el ingreso familiar y a tener más protagonismo en las decisiones”, agrega.
Estela Bucarey es productora del sector Río Encuentro y ha participado en las capacitaciones de la Fundación. “Hemos aprendido mucho, especialmente sobre cómo mejorar nuestros huertos. Hay muchas cosas que desde siempre hacíamos, que nos enseñaron nuestros papás y mamás, pero no sabíamos que tenían tanto valor. Yo siempre he usado el abono, pero de forma natural. Ahora sé que lo orgánico vale y quiero seguir aprendiendo”, dice.
Isabel Rivera, productora del sector El Tigre, dice estar muy agradecida. “En un futuro tendremos mejores verduras porque pondremos en práctica todo lo que hemos aprendido. Nunca es tarde para aprender algo más”, afirma.
Una de las cosas que más ha llamado la atención es el desarrollo de los preparados orgánicos. “Esto es muy importante, porque son recetas que la gente ha guardado desde hace mucho tiempo y que la agricultura orgánica rescata. Los insumos para fabricar estos preparados se encuentran normalmente en las casas, por lo que se trata de algo bastante cercano a las campesinas”, explica Melissa Alarcón.
Estela Bucarey acota que ahora sabe que hay plantas que se llevan mejor con otras. “Por ejemplo, nos han enseñado que es bueno poner el maíz junto con los porotos, pero no así la acelga. Si una acelga la pongo al lado de otra, crece más chica“.
Melissa Alarcón expresa que este proyecto ha sido muy motivador para las participantes y que espera que el 2011 más productoras se involucren. “Éste es el inicio de un proyecto que puede llegar a ser muy grande. Hemos logrado dar un primer pincelazo a la agricultura orgánica, pero aún debemos ahondar más en lo que esto significa para que se generen impactos reales en la economía familiar campesina”.