Potenciar la apicultura: un dulce desafío

Noviembre 6, 2009. Archivado en categoría: Sin categoría

            Cifras del Ministerio de Agricultura del Gobierno de Chile indican que el negocio apícola, que actualmente mueve hasta 43 millones de dólares al año en el país, podría duplicarse e incluso hasta triplicarse hacia el 2020. Una proyección auspiciosa de la que la comuna de Hualaihué también forma parte. 

            “La apicultura en la zona es muy buena, tanto por la flora existente (bosque nativo, etc.) como por las condiciones de limpieza, porque estamos libres de insecticidas, fungicidas y ese tipo de productos que afectan mucho a las abejas y a la miel que producen, que sale con residuos, etc. Además, el período de floración es bastante largo”, opina Osvaldo Solar, Coordinador Técnico de Desarrollo Apícola de la Municipalidad de Hualaihué.

            Para potenciar esta actividad en la comuna es que el municipio realizó un catastro de los apicultores existentes, en el que se registró a un total de 43 productores, con un total de 401 colmenas a lo ancho y largo de Hualaihué. Uno de los objetivos de identificarlos fue impulsar el cumplimiento de la Ordenanza Apícola, publicada el 18 de enero de 2007 y que debería estar a disposición del público en www.municipalidadhualaihue.cl.

            “La ordenanza en sí regula la trashumancia, no se trata de evitarla pero sí de proteger al apicultor local. Nuestro radio de acción es mucho más ambicioso que el de otras comunas, porque establece una protección de 10 km a la redonda de un apicultor, lo que resguarda nuestro patrimonio fito y zoo sanitario. Los principales riesgos son las enfermedades, que no debieran llegar a esta zona si contamos con las barreras adecuadas. La Varroa llegó principalmente por la trashumancia, la Loque Americana dejó estragos más al norte y esperamos que no llegue”, explica Osvaldo Solar.

            Para regular la trashumancia, la ordenanza establece que todo portador de colmenas o abejas que entre a la comuna debe contar con un certificado del SAG (Servicio Agrícola Ganadero) y registrarse en el Departamento de Fomento Productivo, tal como lo enuncian los letreros instalados en Caleta Puelche y al frente de la Tenencia de Carabineros de Hornopirén.

            Otro de los objetivos del catastro fue “saber dónde están, la cantidad de colmenas que tienen y cómo venden -la mayoría lo hace de manera informal-, para a futuro instalar una sala de cosecha de uso comunitario, que tenga resolución y ojalá un logo institucional municipal, para ayudar a los apicultores a comercializar sus productos. La idea es que puedan producir más, que tengan dónde vender, y que más se incorporen. Mi horizonte es que la identidad comunal sea mielífera, creo que se puede”, expresa Solar, quien lleva más de 20 años en el rubro.

            Para que más se incorporen a esta actividad es que el programa PRODESAL, que desarrolla INDAP en convenio con el municipio, está trabajando desde hace dos años en un proyecto apícola, en el que actualmente participan 11 apicultores de tres sectores de Hualaihué, con un total de 40 cajones.

            Asociarse, invertir y asesorarse: las claves para crecer

            Juana Montiel Paillán pertenece al Comité Bosque Nativo, una de las tres agrupaciones de apicultores que existen en la comuna (también está el Comité Flor de Ulmo de La Poza y el Comité Hualaihué de Hornopirén). En total, estos comités cuentan con 60 socios aproximadamente. La ventaja de formar asociaciones es que de esta manera es mucho más fácil postular a los diversos fondos públicos que existen para el fomento de esta actividad (capacitaciones, fondos para invertir en maquinarias e implementos, etc.).

            Junto a sus hermanos Patricio, Patricia y Marco Montiel, su prima Madilina Toledo, y Héctor White, trabajan las 31 colmenas que tienen actualmente. Empezaron en el 2005 con el objetivo de diversificarse económicamente. Esa temporada llegaron a tener nueve cajones, pero tras el primer invierno la mayoría de sus abejas murieron, quedando sólo dos colmenas. Pensaron en no seguir, pero presentaron un proyecto al INDAP y en el 2007 comenzaron a trabajar con la asistencia técnica de la Red de Organizaciones Apícolas del Sur Apix A.G. (asociada a la Red Nacional Apícola de Chile), con sede en Valdivia.

            Desde el año pasado, Juana Montiel, junto a los también apicultores Jorge Escobar y Viviana Mancini, forman parte del Programa de Innovación Territorial (PIT) “Potenciar la Apicultura en las Regiones del Sur”, ejecutado por la Red Apix A.G. en conjunto con la FIA (Fundación para la Innovación Agraria del Ministerio de Agricultura) en las regiones de Los Ríos y Los Lagos y que incluye todo un plan de transferencia tecnológica y de profesionalización para incrementar la producción de 150 apicultores de ambas regiones, con un presupuesto de $917 millones para tres años, de los cuales $598 millones son aportados por la FIA y $319 millones por el agente ejecutor y las instituciones asociadas (Universidad de Los Lagos, SEREMI, CONAF, INDAP, SAG, entre otras).

            Para cumplir con los objetivos del programa, estos tres apicultores de Hualaihué tendrán que llegar hacia el 2011 a un promedio de 60 colmenas, con una producción de 30 kilos de miel por cada una. “La limitante está en que para crecer en el número de colmenas se necesita comprar material de alto valor (cámaras de cría, cera, etc.), pero los apicultores saben que lo deben hacer y que los beneficios serán mayores que lo invertido”, dice Richard Leal, Ingeniero Agrónomo y coordinador alterno del PIT. Destaca que recientemente Viviana Mancini fue beneficiada por el programa para participar en una Gira Tecnológica a Europa (España y Francia) y en el Congreso Mundial de Apicultura, realizado entre el 15 y el 20 de septiembre en Montpellier, Francia.
           Contar con una buena asistencia técnica durante por lo menos las cinco primeras temporadas, asistir a simposios, seminarios y capacitaciones, e invertir, son algunas de las claves para crecer, algo que Juana Montiel y sus compañeros tienen claro. “En julio nos empezamos a capacitar en subproductos (extracción de polen, propóleo), algo que esta temporada vamos a llevar a la práctica. Pese a que hemos crecido, todavía no sacamos cuentas alegres, porque todo lo que hemos ganado lo hemos invertido en la misma apicultura”, cuenta Juana Montiel.

            Para ella, la estrategia para fomentar la apicultura en la comuna no pasa sólo por incorporar a más personas a la actividad: “No sacas nada con que haya más apicultores si no van a tener los medios mínimos para invertir y crecer. Además, creo que falta un mayor intercambio de información con los encargados municipales del tema y fomentar la cooperación entre quienes nos dedicamos a esto”.

            Fabián Silva, Ingeniero Agrónomo y técnico en terreno del PIT, dice que “si bien la cantidad de terreno que requiere un apiario es mínima, los insumos y materiales son caros. Por ello, es importante que los apicultores cuenten con el apoyo constante de alguna institución que los ayude a financiar las inversiones por las dos o tres primeras temporadas. Por ejemplo, en el PIT cada apicultor recibe una visita mensual por parte de un técnico calificado, y además se les entregó algunos materiales e insumos para consolidarse en el rubro, aunque cada cual debe seguir invirtiendo. Creo que hacen falta programas que logren desarrollar la apicultura en un sentido más amplio. Por ejemplo, que a través de la ejecución de varios proyectos individuales se potencie a algunos apicultores para que ellos mismos ofrezcan insumos y servicios en su comuna”. En lugares como Hualaihué, la mayor parte de los materiales deben encargarse a otras ciudades, lo que eleva los costos aún más.

            Las principales amenazas

            Además de enfermedades como la Varroa o la Loque Americana, hay otros temas frente a los que los apicultores deben tomar precauciones. Uno de ellos es el cambio climático. “En la practica, el cambio climático va a provocar un claro efecto sobre la apicultura. Ya se notó en la temporada pasada un período de sequía desde enero en adelante, lo que significó que las abejas no pudieron aprovechar la principal floración de verano (ulmo) y por otra parte, al no poder ingresar con néctar a las colmenas, comenzaron a comerse las reservas que habían acumulado hasta diciembre. Esto obligó a algunos apicultores a alimentar a sus colmenas en verano, cuando esta práctica es típica de invierno. Además, producto de este estrés nutricional en período de verano, las abejas llegan al invierno muy debilitadas y pueden ser presa fácil de algunas enfermedades como Varroa y Nosema”, detalla Fabián Silva.

            “Otro efecto que se observa es que hay un adelantamiento de hasta un mes en los calendarios de floración de algunas especies, lo que obliga al apicultor a acomodar y modificar los manejos apícolas que generalmente correspondía realizar en otras fechas. Por otra parte, el aumento de la temperatura redunda en un clima seco, con escasez de lluvias y agua en el suelo, lo que hace que las plantas que producen néctar lo hagan en menor cantidad y que el néctar que hay en las flores se seque mas rápido, habiendo menor oferta de néctar para las abejas”, agrega.

            La chaqueta amarilla es otro enemigo de las abejas. “Debería hacerse un operativo a nivel comunal para acabar con los nidos de chaquetas amarillas, que son depredadores terribles porque se comen la miel y las crías de las abejas”, dice Juana Montiel.

Galletas de miel (receta de Juana Montiel)

Ingredientes:

250 g de mantequilla o margarina

250 g de miel derretida

250 g de harina

375 g de chuño

1 cda. de polvos de hornear

1 huevo batido

Preparación:

Batir la mantequilla y/o margarina hasta que quede cremosa, agregar la harina, el chuño y los polvos de hornear, todo cernido y de a poco. Añadir la miel y el huevo e integrar todo. Prender el horno, uslerear la masa y dar a las galletas la forma deseada. Hornearlas por 10 a 15 minutos, hasta que se doren.

La miel en números (cifras del Ministerio de Agricultura)

– El consumo anual de miel en Chile es de 100 g per cápita al año. En algunos países de la Unión Europea el consumo alcanza el kilo anual per cápita, mientras que en Nueva Zelanda asciende a los 2,5 k.

– Hay más de 10 mil apicultores en Chile, con un total de 450 mil colmenas. En su mayor parte se trata de micro y pequeñas empresas, destacando la participación de las mujeres.

– El 90% de la producción nacional de miel, cerca de 10 mil toneladas, es exportada, siendo uno de los principales destinos la Unión Europea.

– El 80% de las mieles chilenas tiene como origen el bosque nativo, lo que las diferencia a nivel internacional.

La miel, un atractivo turístico

Entre los apicultores más antiguos de la comuna se encuentran los Emart, dueños de las Termas de Llancahué. “Llevamos cerca de 20 años trabajando en la apicultura, actualmente con alrededor de 20 colmenas. Producimos unos 800 a 1000 kg de miel al año, más que nada para las termas y el consumo propio. Normalmente cosechamos en marzo y nuestra miel es de excelente calidad porque hay mucha flor de ulmo en la isla, entonces los turistas que vienen suelen llevarse para sus casas. Mi padre, Alberto Emart, comenzó con esto, gracias a un sacerdote jesuita del San Javier de Puerto Montt, Raúl de Baeremaecker, quien misionaba en toda la zona de Palena y los fiordos. El les llevó abejas a varias personas, instruyéndolos en la apicultura”, cuenta Ermin Emart.

Algunas propiedades de la miel y sus subproductos (Ministerio de Agricultura)

– Alimento altamente energético.

– Posee propiedades antibacteriales, antifúngicas y antivirales, entre otras.

– Descongestionante.

– El polen es un complemento vitamínico natural.

– El propóleo: propiedades antibacteriales y antiinflamatorias

– La jalea real estimula el sistema nervioso y mejora la oxigenación cerebral.

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