Conservando el verano

Marzo 6, 2009. Archivado en categoría: Sin categoría

         ¿A quién no le gustan los duraznos, los damascos, las cerezas, las frutillas y el resto de las frutas veraniegas? Ya que ahora podemos acceder a estas delicias, y ya que empieza la época de cosecha para los que tienen huertas e invernaderos en sus casas, conviene realizar conservas y salsas. Así, podremos revivir en familia los ricos sabores del verano durante todo el año. A continuación, algunas recetas y consejos.

         Duraznos y damascos en conserva (para frascos de 1 litro)

         Esta reserva sirve tanto para damascos como duraznos. Se necesitan 15 ó 20 damascos o 10 duraznos conserveros. Elija frutas sanas y maduras (esto vale para todas las conservas y salsas), límpielas, pélelas (sólo los duraznos) y pártalas por la mitad retirando el cuezco.

         Acondicione las mitades en los frascos, colocándolas boca abajo y presionando para que queden apretadas. Cubra la fruta con el almíbar frío (este se prepara anteriormente calentando hasta hervir 1 taza de azúcar con 3 tazas de agua).

         Tape los frascos, envuélvalos muy bien en papel de diario (así se impide que se quiebren por el calor), ponga más papel de diario en la parte interior de una olla y acomode ahí los frascos. Llene la olla con agua fría hasta la mitad de los frascos y mantenga la cocción durante 20 minutos desde que empieza a hervir.

         Pimientos y cebollas en conserva (para 4 recipientes de 1/4 de kilo)

         Para esta receta se necesitan: 2 pimentones rojos, 2 pimentones verdes, 2 pimentones amarillos, 6 cebollines o cebollas chicas, 1 cucharada de pimienta en grano, 1 cucharadita de comino, medio litro de aceite de oliva y sal.

         Primero debe lavar y secar los pimentones y quitar la cáscara a las cebollas. Luego, aceitar una fuente para horno y colocar ahí las cebollas y los pimentones enteros, rociándolos con aceite y añadiendo los granos de pimienta, el comino y la sal. Lleve a horno precalentado durante 30 minutos.

         Retire, deje que se enfríen y posteriormente pele y corte los pimentones en tiras largas. Reserve el caldo de la fuente. Rellene los recipientes limpios con capas de pimentones y cebollas y cubra con el caldo reservado. Si fuera necesario, añada aceite hasta cubrir. Cierre los frascos y póngalos a cocer de la misma manera que en la receta anterior, también durante 20 minutos. Deje enfriar dentro de la olla (esto también es importante para impedir que los frascos se rompan).

         Salsa de tomates

         Elija tomates maduros (la cantidad depende de cuánto quiera hacer) y pélelos. Una manera fácil y rápida de realizar esto es hacer una cruz con un cuchillo en la base de los tomates y ponerlos en agua hirviendo por un par de segundos. Luego se ponen en agua fría y se agarran las puntas de los cortes tirando hacia atrás, con lo que la cáscara sale casi sola.

         También hay que sacar la parte del tallo y posteriormente extraerles el jugo y las semillas. Esto se puede hacer partiéndolos por la mitad y estrujando los tomates para que caigan las semillas y el agua. Luego se pica lo que queda en la mano y se pone en un colador para que el líquido siga cayendo.

         Aparte se procesa o se pica muy bien una cebolla y un diente de ajo (para un kg de tomates se necesita una cebolla mediana y un diente de ajo), se pone esta mezcla en una olla con aceite de oliva y se cocina a olla tapada y a fuego bajo por media hora. Luego se agregan los tomates, algo de tomillo fresco, pimienta, sal y una cucharada de azúcar por kg de tomate y se cocina a fuego suave y olla tapada por 30 a 40 minutos más.

         La salsa está lista cuando está totalmente integrada. Se puede almacenar en frascos al vacío realizando el mismo proceso de cocción con papel de diario que fue explicado anteriormente o guardar en bolsas herméticas (bolsas Ziploc) y congelar por porciones en el congelador.

         Algunas recomendaciones

         Por lo general, las conservas se pueden guardar cerradas a temperatura ambiente por varios meses (hasta un año), pero una vez abiertas conviene refrigerarlas. También se aconseja escribir con un plumón en el frasco o en la bolsa de qué conserva se trata y cuándo se hizo.

         Por último, no deje que sus hijos jueguen en la cocina ni se acerquen a las conservas mientras éstas se están haciendo, así evitaremos que se produzcan accidentes caseros como las dolorosas quemaduras.

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