Según los expertos del Colegio de Psicólogos de Chile, ante un evento de tal magnitud como lo fue el terremoto de la madrugada del 27 de febrero -que generó pérdidas humanas y materiales, daños en la infraestructura del país y desorganización individual y social, entre otras consecuencias-, hay una serie de conductas que podemos emprender para regresar a la normalidad.
Estas recomendaciones no sólo sirven para manejar el estrés que producen en adultos y niños catástrofes naturales como la vivida, sino que también nos ayudarán para superar otro tipo de eventos traumáticos como lo puede ser, por ejemplo, la muerte de un familiar cercano.
Es normal que tras algo así tanto los adultos como los niños sufran algunas alteraciones como problemas para concentrarse, tristeza y/o llanto, pesadillas, irritabilidad, entre otras. Lo importante es mantener la calma, aunque sin ocultar los sentimientos, e intentar retomar la normalidad poco a poco.
Especial cuidado hay que tener con los niños, seres muy susceptibles a este tipo de vivencias. Con ellos es importante fomentar el reinicio de las rutinas familiares y cotidianas, respetar el tiempo y la forma que cada niño necesita para expresar lo ocurrido, afianzar su seguridad con acciones que incluyan la palabra y el contacto corporal, facilitar la expresión escrita de sus vivencias mediante relatos y dibujos y favorecer el contacto con otros niños.
Los padres o cuidadores de niños deben mantener la calma porque los pequeños tienden a sentirse igual que quienes los protegen. Algo esencial es no mentirles, porque probablemente se enterarán de la verdad de otra forma y se sentirán engañados. Hay que darles explicaciones reales y simples, aunque dándoles sólo la información que ellos necesitan y pueden asumir. En general, los niños marcan sus propios límites preguntando más o cambiando de tema. Siempre hay que responderles.
Recuerde que los niños se benefician de la rutina y la estructura, por eso, trate de mantener las responsabilidades familiares y permita a su hijo regresar a la escuela tan pronto como sea posible después del evento traumático. Esto le ayudará a volver a la normalidad y a compartir con sus amigos y profesores sus experiencias.
Con los adolescentes, los psicólogos aconsejan estimular la participación en las tareas de recuperación (los más de 30 jóvenes que participaron en la campaña “Hualaihué por Tirúa” son un muy buen ejemplo), promover la reflexión grupal e individual acerca de conductas de riesgo o desprotección, desalentar la conducta irreflexiva que conduce a la violencia, promover liderazgos positivos y asignarles tareas que impliquen un compromiso grupal e individual.
Para ellos también es importante el reinicio de la rutina, al igual que para los adultos. Otros consejos para favorecer el retorno al funcionamiento cotidiano y la recuperación emocional son realizar actividades que incluyan y agraden a todos los integrantes de la familia, estar constantemente comunicados con los parientes que viven lejos, establecer contacto con los vecinos, estar abiertos a escuchar y compartir la experiencia de otras personas y asegurarse de conocer las medidas de alerta y seguridad para no ser presa del pánico en caso de que algo más ocurra.
Conocer qué se debe hacer en una situación de emergencia es uno de los consejos que dan los psicólogos para disminuir la ansiedad. En la foto, alumnos y profesores del Liceo Hornopirén que evacuaron hacia el sector de Los Tepuales tras la alerta de tsunami dada por la Armada de Chile el 11 de marzo.