El psicólogo Federico Viertel nos responde algunas preguntas en torno a las vacaciones y nos proporciona consejos para que éstas efectivamente sirvan para recargar energías y mantenernos saludables mentalmente durante el año.
¿Por qué es importante para la salud mental tomar vacaciones?
Las vacaciones son necesarias. Más allá de divertirnos y relajarnos, el vacacionar tiene efectos tangibles en nuestra salud. El hecho de salir de la rutina, cambiar de ambiente y olvidarse de las presiones cotidianas, es además muy beneficioso para nuestra productividad y creatividad laboral. Da igual dónde uno vaya, lo esencial es alejarse de la rutina tanto en el hogar como en el trabajo, hacer algo distinto.
¿Afecta el no tomar vacaciones en el rendimiento laboral?
No mientras exista un equilibrio entre la rutina laboral y las horas de descanso diarias. Lo elemental es poder alternar las actividades laborales con alguna otra actividad que permita desconectarnos o romper la rutina diaria.
¿Qué le recomendarías a aquellos que por algún motivo no pueden salir de vacaciones?
Actividades deportivas o artísticas favorecen enormemente el descanso mental, ya que permiten canalizar el estrés cotidiano sin implicar presión. Lo fundamental es poder hacer cosas sin sentir la presión de hacerlas, ya que eso libera a la persona de las exigencias diarias de su trabajo. Cuando disfrutamos de nuestro trabajo, a pesar de la presión, la necesidad de variar es menor, sin embargo hay que tener cuidado. Repetir la misma actividad una y otra vez implica un desgaste que pagaremos caro a futuro. Por lo tanto, si no vamos a tomar vacaciones siempre se debe tener ese descanso diario de nuestro trabajo. Sentir que podemos hacer otras cosas en nuestras vidas nos entrega la seguridad de que trabajamos para vivir y no viceversa. Debemos ser estrictos con los espacios y tiempos de trabajo y no llevar trabajo para la casa. La clave es el autocuidado durante el año.
¿Qué aconsejarías para que las vacaciones efectivamente sirvan para descansar?
Con cierta frecuencia observamos errores en la actitud hacia las vacaciones que no ayudan demasiado a divertirse en esos momentos. Lo primordial es no obligarse a disfrutar. Es esencial que no planifiquemos toda la actividad del día. Está muy bien tener un objetivo principal y algún otro secundario para cada día, pero hay que dejar lugar para la sorpresa, para los cambios de planes, y también para algo de aburrimiento. Si nos permitimos esto último, notaremos que nuestra capacidad para disfrutar aumenta. Nos será más sencillo estar relajados y finalmente nos podremos desconectar mejor de las responsabilidades y preocupaciones cotidianas.
¿Sirve estar echados y no hacer nada más durante las vacaciones?
Si el objetivo fundamental de las vacaciones es descansar, no siempre estar tumbado al sol o en un sofá es la mejor manera de conseguirlo. Si nos sentimos físicamente cansados, está bien que nos permitamos dormir más y que disminuyamos la actividad física durante los tres primeros días. Pero luego es bueno para la desconexión psicológica que realicemos tareas, deportes o nos juntemos con otras personas que no alcanzamos a ver durante el resto del año.
¿Qué hacer para retomar la rutina tras las vacaciones?
Eso es especialmente necesario si las vacaciones son largas (un mes o más). Puede hacerse intentando, la semana antes de la vuelta, ajustarse a los horarios que luego serán los habituales. También se pueden ir retomando puntualmente algunas tareas no vacacionales. Desconectarse en exceso puede acabar generando un problema de adaptación posterior favoreciendo la aparición de síntomas depresivos y de ansiedad, aunque normalmente de carácter transitorio.