El siguiente artículo fue preparado por Felipe Aguilera y Juan Canales, alumnos de sexto año de Odontología de la Universidad Austral de Chile que están realizando su internado asistencial en Hornopirén.
“El fuego”, o también llamado “calor al estómago”, en realidad se llama afta y es una lesión ulcerativa de la mucosa bucal.
No se conocen con certeza las causas de estas lesiones. Sin embargo, algunos investigadores dicen que son provocadas por causas genéticas y autoinmunes, lo que quiere decir que el propio organismo está reaccionando frente a sí mismo.
Existen personas más susceptibles a producir aftas, porque responden con más facilidad frente a ciertos agentes, como un trauma (golpes o mordeduras), estrés, ciertos alimentos (como ají, chocolates, limón, nueces), el cigarrillo, deficiencias vitamínicas (vitamina B12) y de ácido fólico.
El afta es comúnmente confundida con el herpes, sin embargo ambas lesiones son distintas en su origen y en su ubicación en la boca. El herpes es una lesión de origen viral que suele aparecer en la mucosa y piel de los labios, mientras que el afta no es causada por un virus y aparece generalmente en la zona de las mejillas pero internamente (en la mucosa), bajo la lengua, encías y zona posterior del paladar.
Otra característica que diferencia a las aftas de otras patologías bucales es que su duración es de una o dos semanas, después de lo cual desaparecen en forma espontánea. Por ello, si usted tiene una lesión que no desaparece en el transcurso de ese periodo de tiempo, tiene que consultar con su odontólogo para ver si se trata de otra patología.
Si bien las aftas desaparecen sin necesidad de tratamiento, podemos calmar el dolor y las molestias que producen utilizando anestésicos tópicos. Éstos se encuentran en las farmacias bajo nombres como Aftagel, Kalmafta o Kank-Eze, y se aplican directamente en la lesión. Idealmente seque la zona afectada con alguna gasa o algodón y aplique el gel cuatro veces al día. Si va a comer, ojalá lo aplique unos minutos antes para evitar las molestias que producen ciertos alimentos.
También aconsejamos el uso de antisépticos bucales (sustancias que previenen o impiden el crecimiento de microorganismos, como el enjuague bucal Oralgene 0,12%) y evitar el consumo de alimentos ácidos e irritantes, como limón o el ají.
En el caso de que usted presente algún déficit nutricional, como por ejemplo de vitamina B12, consulte con su nutricionista.
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