Quienes vivimos en Hualaihué conocemos muy bien sus maravillas, como la extraordinaria belleza de su entorno y la calidez de sus habitantes. Al ingresar a nuestra comuna, a través del paso marítimo La Arena – Puelche o por tierra, a través de la comuna de Cochamó, nos reciben abundantes y verdes helechos, milenarios coigües y alerces, notros, lengas y nalcas gigantes, además de ríos cristalinos, ocultas lagunas y nevados volcanes.
Sin embargo, y a pesar de los abundantes recursos naturales que caracterizan a esta zona, la vida en Hualaihué puede ser muy difícil. Principalmente, debido principalmente a la situación de aislamiento que la caracteriza. Es decir, para llegar y salir de la comuna hay que recorrer un vasto camino que muchas veces no está exento de dificultades.
Pero si crees que ahora enfrentas ciertas contrariedades al trasladarte desde y hacia zona, para quienes llegaron a la comuna hace muchos años atrás, la situación era aún más precaria. Así lo descubrimos cuando investigamos sobre la historia de Hualaihué para la Edición Especial de La Tejuela “Cómo hemos cambiado”, de diciembre de 2009.
Aquellos sacrificados alerceros y pescadores
Si bien Hualaihué comenzó su funcionamiento oficial como comuna recién en 1979, lleva muchos años recibiendo gente que llegó a asentarse en sus tierras por distintos motivos y desde diversos lugares del país. De hecho, se sabe de grupos de mestizos, indígenas y españoles que ya por el siglo XVIII visitaban Hualaihué, principalmente, para extraer la preciada madera del alerce, la cual utilizaban para construir embarcaciones, iglesias en Chiloé e incluso, como moneda.
Sin embargo, fue recién a mediados del siglo XIX cuando comenzaron a llegar los primeros pobladores estables a la comuna. También lo hicieron en busca del alerce, el cual extraían de los faldeos de la cordillera y de lo alto de ésta, sólo con un hacha y con muy pocos recursos para protegerse de las inclemencias del clima. Así, estos sacrificados hombres trabajaban la madera arriba en la cordillera, manufacturando tejuelas que después debían bajar con bueyes o caballos, para comercializar a cambio de mercadería.
Muchos de los niños que nacieron de estas primeras familias de colonos no tenían una escuela a la cual asistir. La primera escuela se creó durante la década de 1930 y estaba ubicada en Hualaihué Estero. A ella asistían niños de todas partes de la comuna, muchos de los cuales debían recorrer kilómetros caminando sin zapatos por el barro y el agua para llegar a estudiar.
Los padres de estos niños, o se dedicaban al alerce, o eran pescadores. Congrio y merluza era lo que más se pescaba por esos tiempos, con gran esfuerzo, ya que se pescaba de noche, en pequeños botes a remo iluminados y hasta muy tarde, debiendo enfrentar el frío nocturno y las heladas. Pero la actividad en el mar y los ríos daría un vuelco a comienzos de los años ochenta, cuando se instaló la primera industria salmonicultora, de muchas por venir, en la comuna. De ahí en adelante se viviría un aumento explosivo de la población en Hualaihué, debido a la gran cantidad de gente que llegaba a trabajar en las nuevas plantas y centros de cultivo.
Por otra parte, transportarse desde y hacia la capital regional se hizo un poco más fácil, debido a la construcción de la Carretera Austral en 1984, fundamental para el desarrollo de nuestra comuna, ya que en los primeros años, la única manera de acceder a ella era a través de un largo y muchas veces peligroso viaje en lancha a vela o a remo. Luego empezarían a funcionar unas lanchas a motor, que harían sólo un viaje a la semana entre Puerto Montt y las principales localidades costeras de la comuna.
En los últimos 30 años se han vivido increíbles avances en Hualaihué. Tal vez tú no lo sabes porque eras muy pequeño, pero hasta hace unos años atrás, no existía la electricidad en la comuna, la que fue llegando muy de a poco a las distintas localidades. El primer teléfono que funcionó en la comuna llegó en 1985, facilitando la comunicación de la zona.
Como has podido ver, si bien el aislamiento de esta región sigue siendo un gran problema para mucha gente, la situación de la comuna ha cambiado y mejorado sustancialmente en pocos años. Y todo este progreso, del cual tú te puedes beneficiar hoy, se lo debemos a tus padres, abuelos y bisabuelos. A tus esforzados antepasados que supieron afrontar con enorme entereza las dificultades iniciales para crear el Hualaihué que conocemos actualmente.
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