CATEGORÍA INFANTIL: 7 A 12 AÑOS
OBRA GANADORA:
El Rey en la Isla de Llancahué
Hace muchísimos, pero muchísimos años, un Rey con su esposa e hijo vivían en la isla de Llancahué, en el sector de Quiaca. Nadie sabía de dónde habían venido. Sí sabían que habían llegado en un bote muy extraño y que sus ropas eran de preciosos colores. Se instalaron a orillas de la playa, donde construyeron una pequeña casa.
No pasaron muchos años y el hijo de ambos enfermó de un extraño mal, falleciendo. Ellos quedaron muy tristes, especialmente la madre, quien no pudo soportar la pena de perder a su hijo y luego de un tiempo también murió. Así, el Rey quedó solo y muy triste, sin su hijo y sin su esposa.
El Rey pasaba horas en la playa contemplando la tranquilidad de las aguas. Ya no se sentía muy bien, estaba cansado y sin fuerzas.
Este rey tenía una gran fortuna en oro y joyas preciosas, pero no sabía qué hacer con ella, ya que no tenía a quien dejársela. Un día de agosto de baja marea se levantó temprano para llevar toda su fortuna al interior de la playa. Lo que hizo fue cavar muy profundo y sepultar todo el tesoro para que nadie lo pudiera encontrar.
Pasó el tiempo y llegó el día en que el Rey murió solo.
Hasta el día de hoy, nadie ha podido encontrar el tesoro, pero desde entonces hay un lugar en Quiaca, al que llaman El Rey.
Autora: Muriel Scarleth Marín Llancapani Báez (10 años), alumna de cuarto básico de la Escuela Rural Quiaca.
MENCIÓN HONROSA DESTACADA*:
El Diablo
Érase una niña que se dirigía a su escuela en Lleguimán. En el camino, mientras pensaba en el colegio, en sus amigas y amigos, tuvo de pronto la sensación de que alguien la venía siguiendo. Miró hacia atrás, pero al no ver a nadie, se olvidó del asunto.
Siguió caminando, sumida en sus pensamientos y en los recuerdos bonitos vividos junto a sus amigos. En eso estaba, cuando sintió una rama quebrarse justo detrás de ella. Entonces se dio vuelta rápidamente y, asombrada, vio a un hombre que la miraba sonriente, con sus dientes brillantes de oro. Tras observarla detenidamente, el desconocido desapareció dejando un fuerte olor a azufre tras de sí.
Después de lo ocurrido las apariciones volvieron a repetirse. Hasta que un día, la niña se armó de valor y contó todo a su mamá, con el miedo a que nadie le creyera.
La madre creyó lo que le contó su hija, porque a ella también le había ocurrido cuando era joven, pero su abuelita le había enseñado qué hacer para que nunca más apareciera ese misterioso hombre.
La madre le explicó a su hija que ese hombre era el diablo, que quería apoderarse de su alma. Lo que ella debía hacer era llevar siempre consigo un crucifijo bendito en domingo de ramos, un frasquito con agua bendita y una cabeza de ajo.
La niña obedeció y así hizo.
Hasta que un día apareció el hombre de los dientes de oro. Ella se puso muy nerviosa, pero sacó rápidamente su crucifijo y el frasquito de agua bendita, lo destapó y tiró al hombre.
El diablo comenzó a quemarse y, lanzando feroces gritos de dolor, desapareció para siempre.
Ahora, esa niña es abuelita y siempre cuenta la historia que vivió a sus nietos y nietas.
Autora: Valentina Huinao Adios (9 años), alumna de cuarto básico de la Escuela Rural Quetén.
*La comisión organizadora decidió publicar esta obra en reemplazo de la categoría juvenil (13 a 17 años), la que fue declarada desierta debido a que no se recibieron cuentos que cumplieran con los requisitos establecidos en las bases del concurso.
CATEGORÍA ADULTOS:
OBRA GANADORA:
Un recuerdo fantasma
-¡Lo que el niño dice señor párroco es de asustarse, pareciera que hubiese vuelto al pasado!
-Esto que ha dicho el pequeño -dijo el cura llegando a la habitación- es muy cierto, eran tiempos oscuros esos, BIMA** destrozó vidas señora, usted no lo entiende, porque no vivió en el pueblo fantasma. Contao, sin la gran turbina que iluminaba la zona, deambulaba por el viento norte que lo azotaba cada día más. Hoy lo que este pequeñito ha revelado, es el presente en el que aún vive este pueblo desolado.
-Montañez tiene toda la culpa, -decía angustiada la madre- se la pasa contándole cuentos al muchacho antes de ir a la cama, que vienen los fantasmas de las máquinas a destruirlo todo nuevamente, que los faluchos y El Coloso se marcharán con un tropel de incertidumbres, y así, todas las pesadillas que Topollillo tiene cada noche, se vuelven más aterradoras. Hoy no fue la excepción, la única solución es usted señor párroco, (mientras el niño seguía gritando a todo pulmón sus visiones):
-¡Alerta Roja para Contao señores!
El cura tomó rápidamente su cruz, el agua bendita temblaba en sus manos, la madre gemía de dolor sin comprender el asunto, un Padre Nuestro, un Ave María y todo lo correspondiente a la sacristía parecían no dar resultado, hasta que llega Montañez con un farol en la mano diciendo:
-¡Despierta muchacho!
El niño se levantó de la cama, su rostro empapado de lágrimas que le otorgaban ese color amarillento, abrazó a su madre, y el párroco se retiró sin decir palabra.
Montañez le contó otro cuento esa noche, pero antes le dijo:
-No te asustes Topollillo, que así como no volvió nunca más El Caupolicán, ese barco del cual te hablé muchas veces, que desapareció en el mar con su gente, tampoco lo hará la oscuridad. Hoy son días distintos, y yo soy el Sereno que siempre te cuidará, Contao ya no es el mismo, ahora tú podrás inventar una historia más alegre que contar.
**BIMA: Bosque e Industrias Madereras S.A., sociedad de capitales norteamericanos que entre los años 1962 y 1970 extrajo industrialmente la madera de alerce en Contao y otros lugares de la comuna de Hualaihué.
Autora: Adriana Marimán Vargas (22 años).
LAS MENCIONES HONROSAS Y LA PREMIACIÓN
Cada ganador recibirá dos libros de regalo. También serán premiadas las siguientes menciones honrosas:
Categoría infantil: Valentina Huinao Adios y Matías Huinao Adios, de la Escuela Rural Quetén; Millaray Villanueva y Víctor Uribe de la Escuela Valle Hermoso de Hualaihué Estero; Camilo Maldonado Maldonado, de la Escuela Rural Francisco Maldonado de Cholgo; María Josepha Silva Proschle, de la Escuela Rural Quiaca; Luisa Ibáñez, de la Escuela Rural Aulen; Yanira Díaz González, de la Escuela Rural Mañihueico; y Rodrigo Soto Vera, de la Escuela Sagrada Familia.
Categoría adultos: Juan Pizarro Olmos por Huinay, pueblo de musgo oxidado, Leonardo Villagrán Uribe, por Unas tablas y un destino, Irene Aguilar, por Un amor, entre lluvia y secretos y Melania Pérez por Sureños.
La premiación se efectuará durante el lanzamiento oficial de esta Edición Especial, a realizarse el 18 de agosto en Hornopirén.
Además, todos quienes enviaron un cuento recibirán un diploma por haber participado en este concurso literario.